Las festividades son un momento bonito y esperado para poder compartir en familia y vivir tiempos de descanso. para las parejas, que pueden tener expectativas muy altas y sufrir numerosas decepciones. El cansancio acumulado de todos los acontecimientos anuales, la llegada esperada de seres queridos, las visitas obligadas, las vacaciones escolares y laborales, pueden generar problemas de pareja en navidad, esa época en que buscamos ser felices con quienes amamos, sin notar que todo está reunido para evidenciar lo mejor y lo peor de la naturaleza humana.  

Recordemos que durante las festividades la emocionalidad se despierta y las heridas no sanadas que resurgen al contacto de familiares. El cierre del año es un momento de reflexión, y de introspección que activa también fuertes sentimientos. Las emociones en la navidad tal como los fuegos artificiales, pueden maravillarnos con su belleza o generar quemaduras profundas. 

Navidad ¿Un periodo de rupturas?

Las estadísticas no mienten. El fin de año indica muchos conflictos de parejas. A la mitad de diciembre, el potente algoritmo de Facebook registra el nivel más alto de cambios en el perfil sentimental de sus miembros y muestran que hay una mayor cantidad de problemas de pareja en navidad que a menudo los llevan a tomar la decisión drástica de romper, como consecuencia de meses de malestar relacional.  

Los terapeutas, abogados y notarios constatan que en el primer trimestre del año se oficializan las separaciones. En el Reino Unido, el abogado Richard Nelson encontró un aumento de 230 por ciento de las demandas de divorcios al principio de enero. Los bufetes de abogados reciben una avalancha de consultas para proceder alas separaciones. No es casual que el “día del divorcio”, se ubique en el primer lunes del año. ¡El mismo día de los Reyes!

Se trata de un fenómeno es universal, las parejas sueñan con un fin de año de descanso y de felicidad, pero no es lo que ocurre, ya que las parejas hacen sus tensiones más concretas y ceden frente a las presiones familiares, problemas económicos y múltiples frustraciones del año saliente. Con el cansancio acumulado las emociones están a flor de piel y los miembros de las parejas toman una decisión unilateral de terminar su relación. 

Recuerdos y roces de familias 

Todos tenemos recuerdos de las navidades de infancia en nuestras familias. Aún puedo sentir el olor a pino fresco de un árbol puesto en la sala de la casa de mis abuelos. Para mí, la navidad era sentir el frío, despertar fascinado por la nieve que acababa de caer en la noche y descubrir ese mantel blanco mágico y helado cubriendo el campo.  

En Colombia, me encuentro en un ambiente que no resuena con mis recuerdos de la niñez. Los villancicos que se cantan durante nueve días no me resultan familiares. El calor y el sol del ambiente no enmarcan el solsticio de invierno, la noche más larga del año. Como yo muchas personas viven una cierta nostalgia y no saben bien como acomodarse en estos festivos. Otras personas tienen recuerdos dolorosos, separaciones, peleas y ausencias que se manifiestan como problemas de pareja en Navidad.  Lo mismo ocurre para muchas familias alejadas física o psicológicamente.

Se deberá escoger entre ir con una familia o con la otra, algunos padres han desaparecido de nuestras vidas o están muertos y surgen emociones contradictorias que van de la alegría hasta los reproches y la tristeza. Lo que debería ser una fiesta familiar y una comunión con la luz divina se vuelve un caos de pensamientos confusos que pueden desencadenar actos insensatos. 

Efectos colaterales de la pandemia 

Este año fue totalmente atípico, las tasas de divorcios aumentaron debido al confinamiento. Es muy probable que este fin de año sea también la cristalización de tensiones sin resolver durante los largos meses de encierro. La pérdida de seguridad y la ansiedad permanente son disparadores de disputas. La convivencia 24 horas al día baja la libido y la intimidad se resiente mucho. 
Durante estos meses tuvimos que renunciar a salir, a tener encuentros familiares y de amigos, renunciar a trabajos y a múltiples actividades placenteras. Además nos cargamos; de dificultades en la convivencia, de miedo a ser contagiados, de ajustes financieros, de problemas con la educación de los hijos. Vivimos en la incertidumbre, el miedo toma el mando y no hemos podido descansar bien. Las baterías están en cero y parece que todavía no es el momento para celebrar colectivamente. 

Hace poco Carolina y Carlos estuvieron en terapia conmigo. Es una pareja joven, tienen su primer bebe, nacido en marzo de 2020. Los dos son ejecutivos y la presión profesional se incrementó con el teletrabajo, no fue posible para ellos seguir haciendo deportes al aire libre, los restaurantes cerraron y la llegada del bebé les quita el sueño tres veces por noche desde hace meses.  Las tensiones se acumulan por el contexto social, sanitario y profesional, por la imposibilidad de liberarse de las presiones. ¿Cómo podría esta pareja no estar desorientada con este primogénito que llega en este contexto pandémico?  

Resistir a la presión de la disolución  

Estamos permanente sometidos a fuerzas de disolución y se requiere de nosotros una fuerza de voluntad para mantener la cohesión. Todos los sistemas tienden al desorden y el equilibrio es inestable. Si seguimos nuestros instintos, estaremos reaccionando con actitudes primitivas que son la huida o la agresión. La respuesta al estrés es entera y no deja espacio para una alternativa de diálogo haciendo intervenir la reflexión y un plan a medio plazo para superar la crisis. 

Cuando llega el deseo de botar la toalla, cuando llega la furia de gritar al otro tus rencores y tus quejas, debes encender las alarmas preguntándote:

¿Cómo sobrevivir a esta navidad? Nuestra pareja está bajo tensión y puede romperse.” 

Si eres consciente de que estás cayendo bajo los estímulos hormonales y te sientes sometido a la ley del desorden (entropía), es un buen momento para volver a centrar tu atención antes tomar cualquier tipo de decisión. es posible que la presión y el deseo de romper se estén manifestando desde hace algunos meses, ¿ Crees que podrías aguantar un poco más con la firme intención de buscar otra solución?  Si decides darte una oportunidad y hacer un paso hacia un comportamiento diferente, seguro que estos tips pueden ayudarte.  

Cinco tips para solucionar los problemas de pareja en Navidad y sobrevivir hasta el próximo año: 

1.Comunicación y afirmación. 

La comunicación es clave para lograr una temporada satisfactoria y no caer en discusiones sin fin que podrían desencadenar una separación precipitada. Es el momento para hablar con tu pareja para saber lo que cada uno quiere. Es mejor renunciar a algunas actividades, la obligación hace que no haya disfrute y que los demás te reprochen tu mala cara. La afirmación de las necesidades y deseos de cada uno muestra madurez y respeto por el otro.  

2.Primero la pareja y tu familia 

No es fácil manejar las peticiones de ambas familias, sin embargo, debería concertar estos encuentros dando siempre la prevalencia a tu familia nuclear. Si tienes hijos es importante escuchar sus deseos y reservar tiempos especiales para ellos. Tu pareja tiene sus necesidades y si tienen vacaciones es para tener espacios placenteros y de regeneración. No se puede satisfacer a todos a costa de lo importante: la satisfacción de tu propia familia. 

3.Planear, implementar y respetar

Por estar en un periodo de cambio, hay un riesgo de dejar las circunstancias y tomar el mando de sus vidas. La organización y la planeación son unos salvavidas necesarios para evitar discusiones con la pareja. Cuando toman una decisión sobre con quién, cuándo y dónde van a pasar las festividades estarán mucho más tranquilos. Comunican a todos lo que quieren y piden respeto por los acuerdos. Lo harán contemplando lo mejor para cada uno de los miembros de la familia. 

4.Cuidado con los viajes, la comida, el alcohol y el sexo 

Son momentos de desplazamiento en carro o en avión. Todos los viajes son estresantes y generan cansancio, sobre todo cuando se trata de conducir durante horas para llegar a tiempo a un encuentro familiar o a un lugar vacacional. Las amistades y fiestas navideñas son propensas al exceso de bebidas alcohólicas. La desinhibición puede ser agradable pero muchas veces llega con ella la falta de respeto y las peleas. La comida desbalanceada, así como los cambios de hábitos pueden tener un impacto negativo sobre tu salud y sobre la sexualidad. Tener autocontrol emocional y alimenticio es algo fundamental si la pareja quiere sobrevivir a este periodo agitado. 

5. Ser creativo y romper la rutina. 

Son momentos diferentes y depende de cada uno dar el primer paso hacia el otro para proponer algo que se salga de la rutina. Los hábitos son tan arraigados que cuando hay posibilidades de vivir cosas distintas, las parejas no tienen la creatividad suficiente para cambiar el rumbo de la cotidianidad. Es una buena época para que vuelvas a tomar la escritura del libro abandonado o de tu pintura hecha a medias. También puedes volver a reconectar con tu pareja mediante el erotismo o mirando fotografías de todas sus experiencias exitosas.  

Conclusión. 

El fin de año es un buen momento para evaluar lo que se ha hecho durante el año, pero no debe ser una justificación para tomar decisiones unilaterales que ponen en cuestión años de relación.  Es importante enfrentar los problemas de pareja en navidad y tener en cuenta que ¡Con las emociones descontroladas es muy fácil apresurarse, querer borrar todo y empezar de nuevo… sin el otro! La pareja puede ser el blanco fácil de todos los malestares acumulados y ser el chivo expiatorio de nuestros rencores. 

Los meses anteriores no fueron los mejores, hubo victorias y fracasos como en todas las familias. Pasar este fin de año depende primero de tu actitud mental, de tu control emocional y de tu creatividad. Te deseo que estés bien contigo mism@ y con tu pareja. 

Dominique Hennechart
Psicólogo 

Acompaño a las parejas para emprender un camino consciente para ser feliz.

Por medio de mi consulta individual y de pareja se restablece el vínculo y se fortalece el amor verdadero.


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