El lenguaje es poderoso y existe una gran diferencia entre ser en pareja o tener pareja. Estamos acostumbrados a pensar que deseamos tener alguien que nos acompañe cerca, como si fuera un objeto o una mascota. Pero ¿Acaso nuestra pareja nos ve de la misma forma? Las relaciones humanas no son tan simples como esto.

Las relaciones amorosas se nutren de interacciones complejas que nos permiten aprender del otro y forjar nuestra identidad. Por eso no basta con tener pareja, hay que aprender a ser en pareja. Es decir, comprender que quien tenemos al lado no es un ser que vive en función nuestra sino en función de su propia vida. Las personas que amamos tienen su libertad, intimidad y secretos que no giran en torno a nosotros. Es una parte hermosa de su vida y es natural.

Cuando la reciprocidad se rompe en el amor y hay un desbalance entre lo que se recibe y lo que se da emocional, física y mentalmente, el ser humano se siente incompleto. Algunas de las desilusiones más comunes en las parejas se dan en el momento en que se rompe el rapto amoroso. 

Es decir, cuando se acaba el momento de la conquista y el tiempo y el espacio invertido en el ser amado cambia. Esto ocurre porque ambos miembros de la relación ya han logrado “ atrapar la atención de la persona a quien aman”. las personas se sienten más seguras en confianza del otro y desean comenzar a actuar de una forma más natural, evidenciando sus carencias personales. Entonces aparecen frases como “ ya no es lo que era antes” “ ya no me pone tanta atención, ni tiene detalles”.

Este tipo de desilusión ocurre, porque el amor se está pensando como algo que se tiene, no algo que es. El amor es una construcción constante que requiere a dos personas que amen. No es algo que se piensa solo desde lo que recibimos de forma personal, sino como un intercambio constante y flexible de actitudes entre seres humanos que pueden vivir tanto experiencias positivas como negativas y que se ayudarán a crecer mutuamente a lo largo del tiempo que permanezcan juntos.  

A menudo, esos momentos de tristeza, de rabia y de discusión no siempre indican que la relación está rota, sino que cada uno de los miembros de la pareja atraviesa una etapa vital de cambios y que ambos deben adaptarse a dichas circunstancias. Es decir, la relación está madurando aprendiendo a ser diferente. Una vez se sobrepasan los problemas, las parejas tienen valiosos aprendizajes  que  guardarán para toda su vida.

Ser en pareja una tarea de dos

Las parejas que SON actúan como una unidad y realmente se transforman en un equipo que se une para afrontar la vida. Así como el cuerpo humano está compuesto de diferentes partes con funciones específicas, las parejas también tienen talentos especiales y asumen roles que pueden ser complementarios o sumarse para realizar los sueños de ambos.

¿Lo que no sirve que no estorbe?

En la actualidad se tiene una creencia algo reduccionista en la que se plantea que “ lo que no sirve que no estorbe” y esta se aplica a diversos sectores de la vida. Lo que no comprendemos fácilmente es que no elegimos todos los inconvenientes que atravesamos con nuestras parejas pero sí elegimos cómo afrontarlos. Podemos decidir resolver un problema dejando todo atrás o aprender una lección y continuar juntos.

Si se trata y se desecha a las personas como objetos. Es decir, si solo se tiene una pareja, se generan heridas profundas que pueden generar malestar en su vida y que también pueden acarrear consecuencias en la vida personal. Por eso, es mejor aprender a despedirnos de la forma adecuada, con el corazón lleno de agradecimiento y calidez. Al tener una pareja, nos basamos en un deseo de posesión el tiempo y las acciones del otro. Tratamos la existencia de alguien como si nos perteneciera y esto no es cierto.

En cambio al ser en pareja, somos conscientes de que la persona que amamos ve el mundo, el tiempo y el espacio de forma distinta. Formamos planes conforme a lo que deseamos para nuestras vidas y entendemos que a pesar de formar parte de nuestro “equipo” amoroso somos libres y no tenemos porqué imponer nuestra visión del mundo sobre el otro. Cada consejo, cada palabra amorosa es un regalo y nosotros decidimos si lo aceptamos.

Una invitación a ser en pareja

Para finalizar, te invito a reconocerte y reconocer a tu pareja. Ver el amor como algo que se debe construir día a día. Ayudar a fortalecer tus procesos internos de amor y sanación y los de esa persona que te acompaña en el camino que has elegido vivir. Cuando hay comunicación, erótica, afectiva y asertiva. Cuando ambas personas alinean sus metas personales y espirituales para complementarse y amarse pueden ocurrir cosas maravillosas y sanar heridas del pasado.

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Dominique Hennechart
Psicólogo 

Foto de Dominique

Acompaño a las parejas para emprender un camino consciente para ser feliz.

Por medio de mi consulta individual y de pareja se restablece el vínculo y se fortalece el amor verdadero.


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