Los hombres también sufren, sienten culpa. La sociedad les responsabiliza por las violencias que ocurren en las familias y en los conflictos armados. Existen un sin número de asociaciones sin ánimo de lucro para la defensa de los derechos de las mujeres y los hombres se quedan solos. Acuden a veces a un abogado, se quedan con el remordimiento interno que les lleva a otros actos mortíferos hacia  ellos mismos o hacia otros. Muchas veces pienso que el sexo débil no es el que se cree generalmente. Quisiera que los hombres reconocieran su sufrimiento  y que tuvieran el mismo derecho que la mujer a pedir ayuda.

“En las Américas, al igual que en otras partes del mundo, las tasas de suicidio en hombres continúan siendo superiores a las observadas en las mujeres, y representan alrededor del 79 por ciento de todas las defunciones por suicidio”, nos indica la Organización Panamericana de la Salud en su informe. Los hombres mueren cuatro veces más que las mujeres por suicidio, ellas hacen más intentos para quitarse la vida pero  el hombre cuando no puede más, decide y logra su mórbida intención.

Lucha entre hombres y mujeres

Quisiera que se acabe esta lucha de poder entre hombres y mujeres, que surja el  amor y la sabiduría de la complementariedad. Quisiera que el engaño sentimental desaparezca para dar lugar a la transparencia de sentimientos y a la capacidad de comunicación asertiva entre dos seres diferentes que han aprendido a respetarse. Pero no es así por ahora.

¿Será que los hombres odian a las mujeres para cometer tantos feminicidios? ¿Será que el hombre es, por naturaleza, agresivo o será que pierde el control sobre un instinto que no puede controlar? Los hombres no disfrutan de sus actos violentos y seguro que sienten una gran culpa después de haber cometido estos actos dañinos.

“En la relación de pareja, en algún momento, se toca una herida en el hombre, son hombres con pocas herramientas y detona una violencia descontrolada”, dice Sergio Hernández. Sí son responsables y no se trata de excusar un comportamiento agresivo que deja huellas físicas y mentales en sus víctimas. Solo quiero entender que hay una complejidad psicológica personal y transgeneracional  que no se puede reducir a culpar al perpetrador cargándolo de todos los males.

Estuve participando en eventos mundiales organizados por mujeres empresarias que fomentan la espiritualidad, la salud física y mental, el desarrollo personal, la prosperidad, la sanación. Estoy sorprendido por estas múltiples iniciativas femeninas de alto valor. Hay una fuerza en estas damas, en la mayoría jóvenes, con un liderazgo impactante. La participación en estos congresos online tiene una convocatoria del género femenino superior al 80 por ciento. Y me pregunto una y otra vez ¿Dónde están los hombres?

Dar nuevamente un sentido al hombre.

Los hombres están desorientados y buscan un sentido a sus vidas en un mundo cambiante. Han entregado su liderazgo en muchas áreas. Siguen buscando un nuevo aliento, una nueva fuerza que, pareciera, se les escapa. Hace poco me encontré con un amigo psicólogo colombiano para hablar de este tema. Me comentó que se juntó con otros dos terapeutas mexicanos de gran trayectoria para crear un programa, difundido en facebook life, que se llama: “masculinidades”.

Alexander Guerrero, Marco Rivera, Sergio Hernández nos platican de lo que es ser hombre, cómo aprender a vivir con sus emociones, cómo expresarse y relacionarse para “reclamar” su derecho a ser feliz. Inauguran un curso que enseña los cuatro arquetipos masculinos que nos rigen. Con aspectos de luz y de oscuridad existen el rey, el mago, el guerrero y el amante en cada hombre. Es una iniciativa esperada y arriesgada dirigida sólo a hombres que quieren aprender y compartir temas de desarrollo personal y también… de terapia masculina.

Hombres que reconocen su dolor

Muchos de los hombres que recibo vienen por primera vez a consulta con un psicólogo. Hace años saben que algo anda mal pero el orgullo, las prioridades y otras “buenas razones” hacen que aplacen esta decisión. Piensan: “yo soy un hombre, soy fuerte, no necesito eso, lo soluciono solo, eso es para los débiles” y muchas otras excusas para no pedir ayuda. No expresar es no soltar y no soltar es perpetuar un problema que terminará contaminando sus vidas afectivas y sus cuerpos físicos. Hombre que me lees, es tiempo de que pierdas el miedo a hablar de lo que sientes, que te des permiso para pedir apoyo con una terapia.

En mi consulta recibo a hombres desesperados que no saben cómo compartir su dolor y cambiar el rumbo de sus vidas. Es el caso de Rodrigo que vino con su pareja. Ella es celosa y poderosa, y él no puede tomar la iniciativa sin que haya un reproche o una alusión a que va a ver a “otra vieja”. Sin saber, su esposa lo está empujando al adulterio por no tener confianza en él. Francisco fue a la Comisaría de Familia de su barrio para dejar constancia de  violencia física en su contra por parte de su esposa. Estos días estoy hablando con él para incentivarlo a que tenga el coraje de hablar con su esposa para que puedan venir los dos a mi terapia de pareja. Tiene miedo.

Tengo también a Carlos y Mauricio, los dos engañados por sus esposas luego de muchos años de matrimonio. Están dispuestos a seguir, a perdonar, a superar esta prueba sabiendo que la responsabilidad es de los dos en la pareja. Estas situaciones siguen confusas hoy en día, con un sufrimiento enorme de ambas partes y donde los hijos pagan el precio por los corazones rotos de sus padres.

Las señoras negaron los hechos hasta que ellos pudieron evidenciar la traición. Con fotos, con seguimiento y el solo whatsapp es un gran espía. María la esposa de Carlos me llamó para agendar la cita de terapia, pero no vinieron. Luego hablé con Carlos y me dijo que se separaba; ella no podía dejar al amante y tampoco quería dejar su hogar. Mauricio empezó la terapia para superar la infidelidad de su compañera sentimental pero todavía no sabe si está del todo rota la relación antigua. Que sea por maltrato o por infidelidades los hombres son también víctimas.

Una oportunidad de sanación: la terapia

Terapia es una palabra que resuena como un proceso dirigido para enfermos. En realidad, eso es cierto en su origen (del griego θεραπεία/therapeia = tratamiento médico), se trata de sanar una disfunción o una enfermedad con un tratamiento. Hoy se ha vuelto un concepto más amplio que no se relaciona únicamente con la enfermedad. Cuando se habla, por ejemplo, de aromaterapia estamos hablando de unos tratamientos suaves para encontrar una solución a un estado no deseado del ser en su cuerpo y en sus emociones. En la psicoterapia se busca la sanación de nuestra alma. Podemos decir que todos estamos sufriendo de algo y que estamos en constante búsqueda del equilibrio. Es propio del humano, no permanecer estático y querer sentirse mejor.

Hombres, no teman a las terapias, son solo formas de comunicar a otro ser en evolución tus dolencias, inconsistencias, reclamos y desubicación para que puedas encontrar un nuevo equilibrio y emprender un nuevo camino. El terapeuta está formado para acompañarte, para que puedas reformular tu mapa mental y ajustar tu comportamiento. Un psicólogo alejado de toda tu problemática te da una nueva luz y te reconecta contigo mismo y con tu pareja. Aquí puedes agendar una cita sin costo.

Puedes participar en terapias grupales o individuales, presenciales o virtuales. Es un derecho que te das a ti mismo: el derecho de resolver tus asuntos pasados y presentes para sentirte renovado dando sentido a tu vida.  Puedes liberarte y ser feliz, es una decisión consciente que está en tus manos. Ciertamente, es una inversión de tiempo y de dinero, pero tu pareja y tu familia esperan una mejor persona al lado y eres esa persona.

Dominique Hennechart
Psicólogo 

Acompaño a las parejas para emprender un camino consciente para ser feliz.

Por medio de mi consulta individual y de pareja se restablece el vínculo y se fortalece el amor verdadero.


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